lunes, 5 de noviembre de 2007

Cosas de la HispaCon

A este conjurado, novato en estas lides del periodismo, le ha sido asignada la labor de redactar la reseña de la recientemente concluida HispaCon. Ardua es la tarea de no caer en los tópicos de la comodidad y salir del compromiso señalando simplemente la belleza del lugar de la celebración y lo entretenido del congreso. Pero eso, no haría justicia ni a todas las cosas buenas, ni a las malas —que también las hay como en toda casa de vecino— que hemos vivido este fin de semana.

Pero empecemos de una vez con lo que ha sido la celebración de una HispaCon en la ciudad de Sevilla sin apenas publicidad a nivel local. Concretamente en la sede de la Fundación Tres Culturas, en el antiguo pabellón de Marruecos de la Isla de la Cartuja —para quien no tenga el placer de conocerlo, decir que es una belleza arquitectónica imitando el estilo de los palacios árabes, con columnas, mosaicos y fuentes, aderezado con proyectores, pantallas, sala de juegos con unas cuantas Wii, y hasta con una sala de cine que más de un complejo de mega-ocio querría tener—. Por lo que podéis leer, y cayendo en el tópico del que pretendía huir, el lugar no podía ser más bonito y espectacular para la celebración.

Nos dimos cita en dicho enclave cerca de dos centenares de personas —que sí, que aunque a nadie le pareciera, sí hubo tanta gente— perdidas entre la sala principal y otra secundaria dedicadas a las conferencias; un aula habilitada para las presentaciones de las editoriales; el mencionado cine, y los puestos para ventas de libros.

Y ya que he mencionado las conferencias —verdadero eje de la HispaCon—, decir que hubo para todos los gustos: entretenidas, aburridas, participativas y onanistas. El que una se englobara en un grupo u otro, tenía mucho que ver con el conferenciante y ahí, había verdaderos genios —para mi gusto el mejor a la hora de “enganchar” era Joaquín Revuelta, aunque había otros que le seguían muy de cerca— y otros que nunca debieron salir de su botella.

De los contenidos de las mismas, sólo puedo opinar de las que formé parte como asistente —no pienso hablar de las que fui desertor— y, quitando la inaugural —una clase magistral de un autentico catedrático en mitología Hindú, pero con el defecto de hablar en un tono muy bajito y monótono—, la de Dario Y Alfonso Merelo —charla que gustó sobremanera a la sufridora de uno de los conjurados— y una sobre H.P. Lovecraft —de la que me perdí el principio, pero resultó ser bastante interesante lo que oí—, de las demás solo puedo recordar el pesimismo que reinaba en el ambiente y de las adversidades que sobrevuelan el mundo editorial.

Pensaréis que menudo resumen de la HispaCon he hecho, y que patatín y patatán. Pero para mí, lo verdaderamente importante —y con lo que me quedo— es el poder reunirme con toda esta gente —a la que veo de higos a brevas— y hablar de lo que nos gusta y de las dificultades que vamos a encontrar por el camino para lograr nuestro sueño de ser escritores —que con la cabezonería de los conjurados y las largas charlas tras el horario "oficial" mantenidas con personajes raptados a cambio de una buena comida del nivel de Rafa Marín, Juanmi Aguilera o Elia Barceló; seremos capaces de superar.

Pero sobretodo —y perdón por la redundancia de los “pero”— esta cita ha servido para convertir a conocidos en amigos, y a desconocidos en algo más que conocidos prestos a seguir subiendo en el escalafon de la amistad.

Un abrazo para Alfonso, Darío, Rafa, Joaqui, Juanmi, Javi, Ines, Uriel, Pedro, y muchos otros más que espero me perdonen por no mencionarlos en esta frase —si se molestan, que me lo digan y los añado.

P.d.: La conjura dio tal lata, que hasta la organización nos presentó en sociedad con tal de que les dejáramos tranquilos.


El conjurado loco

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Notable crónica, Conjurado Loco, certera y precisa (¿de verdad hubo cerca de dos centenares?, jeje...). Yo soy uno de esos desconocidos que ya ha dejado de serlo -digo yo- y me alegro sobremanera de haber apostado por quedarme en Sevilla este fin de semana para acudir a la HispaCon en lugar de aceptar el plan alternativo que me habían planteado.

Como bien se ha descrito, hubo actividades bastante interesantes, aunque personalmente me quedo, como mayor atractivo del evento, con la posibilidad de haberme reencontrado con viejos conocidos y sobre todo haber entablado amistad -y colaboración- con algunos tipos excelentes (así, a primera vista).

Nos vemos en Dos Hermanas...

José Angel Muriel dijo...

No todo fue tan triste. Te perdiste la última mesa redonda, en la que intenté transmitir un mensaje positivo, para que la HispaCon no terminara con aire de depresión.;)

Anónimo dijo...

Lo más procupante fue, a mi parecer, el aire de decepción de algunos autores consagrados, incluso premiados con los Ignotus de este año, que se sienten incomprendidos y sin apoyo por parte de las editoriales.

Si para ellos está el tema como está... ¿qué pasará con los noveles como nosotros? No quiero ni imaginarlo...

José Angel Muriel dijo...

Estoy seguro de que en gran parte es cuestión de adaptarse, como ya están haciendo algunos escritores. Los que no lo han hecho, encontrarán una editorial que les quiera de verdad, ya verás. Es normal que el ambiente fuera frustrante porque se acababan de enterar. Pero hay que ser positivo.

G. dijo...

Jolín, para una vez que doy una conferencia optimista... ;)

Anónimo dijo...

Yo, la tuya, me la perdí ... :S

Anónimo dijo...

Lo siento charlotte, pero a tu conferencia no acudí.y como bien digo en la crónica, pues solo he tomado en las que estuve prsente!!!

Perdona...

G. dijo...

Jeje, no hay problema, hombre, sólo quería dejar constancia de que no en todas las conferencias y mesas redondas hubo llantos y rechinar de dientes :D

G. dijo...

Por cierto, aprovecho para daros la enhorabuena por vuestra iniciativa "autoril". Más cosas tendría que haber así ;)

Mary Lovecraft dijo...

Ay Conjurado Loco, ¡qué crónica más bien puesta has dado! la he vivido, como si hubiese estado allí (que ya me hubiese gustado) ¡qué emocionante!
por cierto, yo no capté tu crónica tan pesimista!

ánimos y a seguir adelante, que mi Conjura ya se puso de largo y presentó en sociedad ;)