viernes, 30 de noviembre de 2007

Relatos: Vuelta a empezar

Cuando consigues apartar la hierba, emerges sintiendo el aire que penetra por tus fosas nasales y das gracias porque tu familia no tuviera suficiente dinero para pagar una lápida mayor. Te sientes dominada por la fuerza sobrehumana que te ha permitido romper la madera podrida, remover furiosamente la tierra y abrirte camino desde el ataúd; pero ese poder no les bastará a todos los desafortunados que fueron sepultados en angostos nichos o bajo pesadas losas de mármol.


Tras extraer las piernas del subsuelo, todo tu cuerpo, cubierto de andrajos, comienza a erguirse, recuperando la posición vertical, algo que parecería imposible para un difunto condenado a la eterna horizontalidad. Mientras, los tejidos, orgánicos o no, siguen recomponiéndose. La falda y la blusa dejan de colgar como harapos y la carne continúa regenerándose, rodeando huesos y articulaciones. La vida vuelve a ti.


Apenas guardas memoria de quién eres o cómo te llamas, pero sientes una incipiente lucidez y eres consciente de lo que está sucediendo, aunque resulte inconcebible. A tu alrededor, los moradores de otras tumbas también están despertando. Salen al exterior con semblantes tan desconcertados como el tuyo. La expresión vuelve a sus rostros rejuvenecidos a medida que los músculos dibujan los rasgos y la piel recobra la tersura.


La nieve caída durante los últimos días se agrupa componiendo copos y se eleva hacia el cielo, mezclada con gotas de agua y nubes de vapor. Es un fenómeno nuevo: está lloviendo hacia arriba. Lo estás presenciando y, aun así, te cuesta creerlo.

Como parte del ajuar funerario, te dejaron puesto un viejo reloj de pulsera; ahora vuelve a funcionar, pero las manecillas giran en sentido contrario al habitual. Es de día, pero oscurece con rapidez. El Sol ha recorrido velozmente todo el firmamento y se oculta por oriente, con el resplandor de un amanecer. La nieve se derrite porque hace tan sólo unos instantes era invierno, pero ya es otoño. El tiempo transcurre rápidamente, hacia atrás.


Sin embargo, los movimientos de la naturaleza se van haciendo más lentos, como una goma elástica que se tensó hasta el máximo y poco a poco recupera su estado normal. Toda la existencia se dilató hasta alcanzar sus límites, hasta que la entropía sufrió un revés. Al llegar el último día, se produjo la resurrección de los muertos, como estaba escrito. Todo marcha al revés, de nuevo hacia el principio de los tiempos.

Título: Vuelta a empezar
Autor: José Angel Muriel González
Web: http://www.elautor.com; http://www.joseangelmuriel.com
Biografía: Licenciado en Matemáticas e informático de profesión, llevo mucho tiempo satisfaciendo la necesidad de escribir, de crear historias y trasladar la realidad a la ficción con palabras. He obtenido varios premios literarios, se han publicado algunos de mis relatos en diferentes antologías y en 2005 publiqué mi primera novela, “Ladrones de Atlántida”, obra reeditada este mismo año.

4 comentarios:

francoix dijo...

Muy curioso la forma de tratar la resurrección desde un punto científico.
Buen relato, Jose!!!

José Angel Muriel dijo...

Es uno de esos relatos "raros" que se te ocurren de pronto. Siempre me ha atraído la idea de contar hacia atrás. Empezar con el final de los tiempos (o el principio, según se mire) me parecía la manera más sencilla y clara de hacerlo. Gracias por publicarlo.

Anónimo dijo...

A mi me ha llamado porderosamente la atención la imagen de aquellos resucitados que no van a poder salir de su tumba, bien porque no puedan con la losa de marmo, bien por estar enterrados en nichos.

La verdad es que pensar en ello es terrorífico... Volver a la vida sólo para pasarla enterrado, pfff

Mary Lovecraft dijo...

Muy evocador tu cuento José Ángel...y muy metafórico, como la vida y la muerte mismas.
Realmente yo tamibién he llegado a pensar en alguna ocasión aquello de que si nos diesen a la Humanidad una nueva oportunidad para comenzar, cometiéramos los mismo errores o no.